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16 octubre, 2016

En respuesta al Excmo Presidente de la Diputación de Ávila


El asegurado “a boca de costal” del Presidente de la Diputación,  que responde a la exigencia de Trato Ciudadano de que la Diputación se abstenga de patrocinar misas bajo el imperativo constitucional de aconfesionalidad de las instituciones,  reúne un conjunto de improperios y falsedades que deben encontrar respuesta. Pues, resulta difícil defender la vida civil cuando pedir el cumplimiento de las leyes incomoda con tanta notoriedad.

Queda al margen toda duda que Teresa de Jesús, de cuya figura y obra saben más los de fuera que nosotros por desdicha y por “costumbre”, no necesita para nada de las misas que quiera organizar el PP en nombre de la Diputación Provincial, antes al contrario, es precisamente el PP al que le interesa la utilización partidista de Teresa de Jesús ligando funciones públicas y actos religiosos en provecho propio, sin escrúpulos ni morales ni jurídicos, por no hablar del desaprovechamiento de los recursos públicos denunciado. No puede parapetarse Sánchez Cabrera en el argumento de que se trata de una “tradición de décadas”, a sabiendas de que viola un mandato constitucional clave para la moralidad pública y la convivencia.

Teresa de Cepeda fue una mujer inabarcable, su humanidad sencilla y su sentido austero de la existencia quedan en el lugar opuesto de lo que Sánchez Cabrera entiende como un tributo de prosopopeya y falsa admiración. Esa figura que él cree honrar se las tuvo tiesas con los poderes establecidos de su tiempo y hoy denostaría el uso que se hace de su figura en nombre de la Diputación Provincial.

Causa pasmo que Sánchez Cabrera, como Presidente de la Diputación, nos haga galas con su condición de “católico en la vida pública” como razón para promover actos religiosos. Resultaría escandaloso que el alcalde de Londres hiciese lo mismo, puesto que es musulmán. Pero en su condición, mal casan con los valores cristianos y con las virtudes teresianas la realidad en la que participa, como que el anterior presidente tuviera 12 o 14 cargos en medio de una crisis brutal con gente pasando hambre, que la institución mantenga campos de golf deficitarios o que su partido hiciese estallar la principal entidad de ahorros de la provincia.
Pero, además, Sánchez Cabrera miente con fruición, sin venir ni a cuento sobre Trato Ciudadano y su Diputado Provincial cuando sentencia sin rubor <<que si no se siente orgulloso de representar a los abulenses y defender los intereses de los municipios de Ávila, puede dejar su cargo y ser coherente con lo que piensa. Y si no, que se ponga a trabajar...>>, debe ser que no comulgar con las ruedas de molino que quiere imponer el PP en la “bienaventurada” Diputación significa el desafecto por una representación autoatribuída y mística que parece ostentar solo el equipo de gobierno y sus palmeros. Por no mentar las también falsas acusaciones de falta de trabajo de Trato Ciudadano en la institución, mentira continuada y repetitiva que es fácilmente demostrable si tuviera a bien dar un poquito de transparencia a una institución tan opaca, tercera entidad provincial menos transparente de España, y se hicieran públicas, por ejemplo, las actas de las comisiones, donde Sánchez Cabrera ni aparece ni se le espera, tampoco es su función. Pero ya se sabe “repite mil veces una mentira, que algo queda”, dichoso octavo mandamiento.

Como guinda del pastel de la celebración, Sánchez Cabrera realizó una revelación que consideramos, más propia de “radiopatio” que de un representante de una institución pública, por indecorosa e impropia, <<es una formación bajo la que “se esconde Podemos”, ha acusado>>. Evidentemente, este tampoco es un rasgo muy cristiano, pues él conoce documentalmente, o debería conocerlo, la naturaleza jurídica de Trato Ciudadano, se trata por tanto de un acto de falsedad y de hipocresía. Pero puestos a ello, le recordamos lo de la “paja y la viga”, y le decimos que él sí pertenece a una organización “política” donde los trincabolsas, los chorizos y los corruptos parecen campar a sus anchas, amparados bajo el paraguas de la propia idiosincrasia y las tradiciones de su partido, no hace falta más que poner los telediarios.

La hipocresía es un pecado nefasto, que anula la credibilidad y cuestiona la confianza, Sánchez Cabrera debe saberlo pues su propio partido le ha sancionado por ello. Parece que debe perfeccionar su conducta, pues, como afirma Teresa de Cepeda en el Castillo Interior, <<El amor de Dios no ha de ser fabricado en nuestra imaginación, sino probado por obras>>. Lo dicho: “a boca de costal”.

Ávila, 16 de octubre de 2016

1 comentario:

  1. Sería de esperar que los que se dicen representantes de Trato Ciudadano se dedicasen a otras labores más constructivas y no a tareas de intentar desmontar un sistema democrático, actitud propia de la extrema izquierda y de resentidos sociales.

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